La Asociación Centro Sachamama es una organización sin fines de lucro cuya misión es enseñar, investigar y publicar sobre la regeneración del bosque nublado, las tradiciones curativas locales, el idioma  quechua, la cultura de los Kichwa-Lamas y las antiguas prácticas agrícolas sostenibles y orgánicas. ACS tiene una hectárea de tierra de monte que está ubicado en el extremo sur de la ciudad de Lamas, ciudad ubicada en una alta cresta de las estribaciones tropicales del norte de los andes peruanos.

Cuando no hay cursos para estudiantes de E.E.U.U. y Canadá,  el lugar se transforma en un hospedaje llamado Hospedaje Sangapilla que recibe a los turistas. La Dra. Frédérique Apffel-Marglin, profesora emérita de antropología de la Universidad de Smith, fundó el centro en el 2009 y, desde entonces, se han realizado numerosos cursos y programas universitarios en en el Centro Sachamama, incluidos los programas de la Universidad de Massachussetts, la Universidad de Columbia Británica, y la Universidad de Victoria.

La Asociación Centro Sachamama (ACS) es una organización sin fines de lucro en el Alta Amazonia peruana con una estación de campo en la ciudad de Lamas, Departamento de San Martín, Perú. La asociación, en colaboración con los indígenas Kichwa-Lamas, descendientes de los habitantes precolombinos, trabaja para regenerar el suelo llamado “antropogénico” precolombino amazónico, un suelo fértil y milenario, conocido también como Tierra Negra Amazónica (Terra Preta do Indio en portugués) o Yana Allpa en quechua. ACS fue fundada en 2009 por la antropóloga Frédérique Apffel-Marglin y está presidida en Lamas por Randy Chung Gonzales, quien ha trabajado en estrecha colaboración con la Dra. Apffel-Marglin desde su fundación. El centro comparte, además, una visión del mundo donde los humanos, los no-humanos, así como también la comunidad de espíritus, son parientes entre sí, y tratan a la naturaleza como un "tú" en lugar de "un eso". La organización sin fines de lucro existe también en los EEUU bajo el nombre de “Sachamama Center for Biocultural Regenration” (Centro Sachamama para la Regeneración Biocultural). Por la "regeneración biocultural" queremos decir honrar esta integración de toda la vida, así como la ciclicidad de sus ritmos. También está destinado a obviar implicaciones atrasadas/avanzadas de formulaciones más lineales.

Actualmente el centro está reuniendo a un colectivo en expansión de académicos, activistas y estudiantes que cruzan la división Norte-Sur. La misión del centro es integrar saberes y espiritualidad, activismo e investigación, regeneración biocultural y prácticas económicas justas, con el objetivo de fomentar el diálogo intercultural. La misión es fortalecer los legados ancestrales y otras prácticas de los Kichwa-Lamas y otros grupos locales en diálogo con ellos, así como también regenerar la Tierra Negra Amazónica precolombina. Este suelo es llamado por los arqueólogos “antropogénico”, es decir, elaborado por los humanos. Sin embargo, nosotros el centro preferimos denominarlo “suelo cosmogénico”, porque es elaborado por los humanos y además por todos los espíritus del cosmos. Cabe añadir que este suelo es uno de los suelos más fértiles y más sostenibles del mundo. Asimismo, la prueba del carbono 16, a las capas más antiguas de este suelo, datan de 8500 años. Este suelo cosmogénico hizo posible que se desarrollen las primeras civilizaciones amazónicas, descubiertas en el siglo pasado por los arqueólogos, debido a su gran fertilidad y productividad. Estos suelos favorecieron el crecimiento de las primeras complejas civilizaciones de las américas en la cuenca amazónica. Los arqueólogos han descubierto ciudades a lo largo de los ríos de 30 km de largo. Se descubrieron complejos ceremoniales con rectas y anchas avenidas conectando diferentes centros y ciudades. Las civilizaciones más antiguas de todas las américas surgieron primero en la cuenca amazónica y con los años se establecieron en la Alta Amazonia y después en los Andes. Las cerámicas más antiguas de todas las américas provienen de la cuenca amazónica. Este suelo antropogénico, y las complejas civilizaciones que hicieron posible por su alta fertilidad y productividad, se extendió a la cultura Chachapoyas y luego a otras regiones de la Cordillera de Los Andes. El bosque amazónico no es virgen, sino un jardín fértil donde los humanos y los espíritus de la naturaleza se armonizaron.

El centro también elabora biocarbon, un carbon con virtudes de secuestrar CO2 de la atmosfera, con sus propios hornos. Nuestros hornos caseros para producir biocarbon nos permite secuestrar un 20% de gases hinvernaderos de la atmosfera. El biocarbon es una tecnología de regeneración para el suelo que tiene un potencial impacto para influir positivamente en la seguridad climática, alimentaria, energética e hídrica. El biocarbón es una de las pocas tecnologías que puede captar y neutralizar el CO2 atmosférico durante siglos y, de ese modo, contribuye de manera crucial a la resolución de la crisis climática.

Asimismo practicamos y enseñamos un método más simple, llamado Agricultura Regenerativa, que no requiere hornos de biocarbón (ver más abajo para explicación). Ambos métodos se enseñan a las nuevas generaciones para frenar la deforestación, mejorar la agricultura local y ayudar a resolver la crisis climática. La ACS es un centro de investigación experimental que regenera la tierra negra precolombina amazónica con biocarbon, promueve la agricultura regenerativa utilizando compostaje y terrazas para lograr de esa manera la seguridad alimentaria de los pequeños agricultores y también mitigar la crisis climática. Colaboramos además con los Kichwa-Lamas.

La ACS opera desde los hermosos espacios del Hospedaje Sangapilla (www.hospedajesangapilla.com), que cuenta con un restaurante (Anturios), un amplio auditorio, una piscina ecológica, un complejo de edificios y exuberantes jardines diseñados colectivamente por el equipo de Sachamama. La visión arquitectónica del Hospedaje Sangapilla se basa en el diseño de la tecnología indígena local y ecológica. El Hospedaje Sangapilla está ubicado en las afueras de Lamas en una hectárea de monte, con vistas panorámicas de la Cordillera Escalera. La ACS está registrada en Perú como una organización sin fines de lucro con dirección Jr. 16 de Octubre 114, Barrio Suchiche, Lamas, San Martín, Perú. Para más información contactar…

PROYECTOS PERMANENTES DE LA ACS

Proyecto Chacra-Huerto

En varias comunidades indígenas de la región de Lamas, el Centro Sachamama se ha dedicado a regenerar un suelo precolombino descubierto en el siglo pasado por los arqueólogos. Estos suelos todavía son fértiles hoy. La arcilla rojiza de los suelos amazónicos es conocida por su pobreza en nutrientes. La agricultura de tala y quema (también llamada 'agricultura itinerante') se ha convertido en una fuente importante de la pérdida de bosques tropicales. A pesar de que permite que el bosque se regenere, es muy ineficiente y ambientalmente dañino bajo los patrones actuales de tenencia de la tierra. La quema libera una gran cantidad de CO2 a la atmósfera. La agricultura itinerante es la tercera fuente de emisiones de CO2 en la cuenca Amazónica. En la región de Lamas, además, la densidad de población se ha vuelto demasiado alta para que este tipo de agricultura sea sostenible y asimismo está conduciendo a una mayor tasa de deforestación en todo el Perú, detrás de los estragos de la agricultura industrial y la exploración petrolera en la región.

Los equipos de arqueólogos estadounidenses y brasileños en la década de 1960 comenzaron a excavar sitios en la región amazónica donde se encuentra lo que los brasileños llaman terra preta de indio (tierra negra india). Estos suelos aún son fértiles hoy en día. La prueba de carbono de las capas más antiguas de terra preta data de hace 8,500 años. La clave para la asombrosa sostenibilidad de estos suelos antropogénicos es una mezcla de biocarbón, también conocido como 'biochar'(ver más abajo para este término), microorganismos, materia orgánica y una gran cantidad de cerámica rota. Los nutrientes se adhieren al biochar ya que el biochar no se descompone en el suelo. Los microorganismos dan vida al suelo y las cerámicas rotas permiten un intercambio positivo de iones que aumenta la fertilidad.

En Sachamama hemos regenerado con éxito esta tierra negra de los indios a la que llamamos por su nombre quechua: Yana Allpa, utilizando biocarbón/biochar producido como una variedad de biomasa agrícola, como cáscaras de coco secas. El biochar es el resultado de carbonizar la biomasa con poco o nada de oxígeno a altas temperaturas, un método llamado pirolisis. Mezclamos este biochar con estiércol orgánico disponible localmente gratuitamente. A ellos se agregan microorganismos reunidos en el suelo de la selva tropical que han sido fermentados, así como fragmentos de cerámica. Kichwa-Lamas locales tienen la tradición de hacer ofrendas a los espíritus de la tierra con fragmentos de cerámica que se encuentran en todos los sitios arqueológicos.

La regeneración de esta tecnología amazónica precolombina, junto con la agricultura regenerativa, ofrecerá una alternativa simple, apropiada y económicamente accesible a la agricultura de tala y quema y a la muy alta tasa de deforestación en esta región, así como una alta tasa de producción de gases de efecto invernadero.

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Qinti Qartunira

Este proyecto está siendo dirigido por Barbara Rodrigues Marcos y Royner Sangama Sangama. Escriben y producen folletos y videos cortos en quechua siguiendo el modelo de Sarita Cartonera en Lima. Esos folletos de escritorio y videos son las primeras publicaciones en la variante local del quechua, hablado por los kichwa-lamistas. Se distribuyen a maestros bilingües, a comunidades nativas y a quienes muestren interés. El quechua está siendo editado localmente por el maestro bilingüe Royner Sangama Sangama, así como por Genaro Quintero Bendezú, MA (Quechua y Lingüística) del Ministerio de Educación en Lima. El 18 de agosto de 2011, el difunto Felipe Cachique Amasifuen presentó el primer folleto de Qinti Qartunira en el Congreso de los Pueblos Indígenas y Educación del Mundo en Cusco, Perú. El 2 de septiembre de 2011, esta primera publicación se presentó en el Centro Sachamama y se distribuyó a maestros bilingües. En 2013, un escrito en quechua por Barbara Rodrigues Marcos fue publicado por la editorial limeña Pasacalle. Siguieron varios otros impresos y la producción de videos por Royner Sangama Sangama.

Este proyecto es parte del proyecto internacional "Agentes culturales" dirigido por la profesora Doris Summer del departamento de lenguas romances de la Universidad de Harvard; Ella traduce "Cartonera" como: "Pre-Texto". La palabra 'cartonera' deriva de las portadas de los libros que están hechas con cartón reciclado. www.culturalagents.org/int/partners/kinti.html

Qinti Qartunira tiene su propio sitio web: www.wix.com/qintiqartunira/qinti

Note: Qinti en quechua es colibrí, que en la cosmovisión Qichwa es el mensajero de los espíritus y cuando se lo ve fuera de la casa, es el precursor de buenas noticias para la familia.

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Los expertos han calculado que la tierra negra podía sostener a una población aproximadamente igual a la que tiene la cuenca amazónica en la actualidad. Y esta afirmación  cambia radicalmente los conocimientos que se tenían sobre la cuenca amazónica precolombina: la de una población escasa de tribus primitivas y nómadas. Las investigaciones arqueológicas han llamado también la atención del científico de suelos Johannes Lehmann de la universidad de Cornell en los EEUU, que quedó intrigado con la tierra negra que los arqueólogos estaban excavando.  Lehmann analizó este suelo con la idea de que su reproducción fuera factible y, además, se percató de  la posibilidad de recrear un suelo asombrosamente fértil que sería una bendición no solo para los agricultores de la Amazonia sino  también para el mundo. Lehmann no solo confirmó los informes de los agricultores locales sobre esta tierra, sino que también descubrió la presencia de un tipo especial de carbón que, posteriormente, lo llamó “biochar” o biocarbón. Después resultó que este carbón era un elixir para el suelo. El biocarbón es poroso, esta propiedad permite que los nutrientes se adhieran a él y no sean arrasados por las torrenciales lluvias y, en términos humanos, el biocarbón jamás se descompone: las muestras más antiguas de este suelo tienen una antigüedad de 8500 años y el biocarbón encontrado en él aún perdura. Pero lo más sorprendente que Lehmann encontró en el biocarbón es que tiene un poderoso efecto  de captar y reducir  el dióxido de carbono (CO2). Esto, sin duda alguna, contribuiría a reducir la inmensa cantidad de  CO2 que se libera a la atmósfera y que es, además, la principal causa del calentamiento climático. Los ingredientes que los arqueólogos han encontrado en la tierra negra son micelios (es decir micro hongos), biocarbón y fragmentos de cerámica rota. Los micelios cumplen un rol crucial en el suelo: hacen que esté vivo y ayudan a descomponer la materia orgánica. Otra virtud de los micelios, según el biólogo Teruo Higa, es su capacidad para limpiar el suelo de las toxicidades, esto incluye a los metales pesados, antibióticos y hormonas, las cuales son digeridas y neutralizadas por su metabolismo. En la actualidad es sumamente urgente y necesario contar con los beneficios de la tierra negra en la cuenca amazónica, esto tendría un gran impacto en los pequeños agricultores que emplean la agricultura de roza y quema desde el arribo de los españoles (cuando se introdujeron las herraminetas de acero como el machete, y  probablemente cuando se perdió todo conocimiento de la terra preta). Pues, desde que existe una gran deforestación, particularmente en la región San Martín (debido a la explotación de la leña, los monocultivos, la exploración petrolera, la crianza de ganado y la minería) los agricultores  no cuentan sino con una pequeña fracción de las 50 hectáreas en promedio necesarias para que la agricultura  de roza y quema sea sostenible.

Ahora faltaría  la cuestión  de los fragmentos de cerámica que se encuentran en toda la tierra negra y no solo en las grandes ciudades precolombinas de la Amazonia. Una investigación, a cargo de Frédérique Apffel-Marglin, que se inició gracias a uno de sus colaboradores indígenas, encontró que algunos ancianos indígenas Kichwa-Lamas seguían ofreciendo cerámicas chancadas a los espíritus de la chacra en el momento de la siembra dentro del contexto de un ritual. Ellos sostienen que sus ancestros hacían tales ofrendas y que, más aún, cuando ellos limpian un nuevo claro en una chacra antigua, descubrían que esta se encontraba repleta de restos de tiestos. La práctica de estas ofrendas, desafortunadamente, viene sucumbiendo ante la mirada de la sociedad dominante mestiza, que considera que tales prácticas son mera superstición.

Es importante también resaltar cómo una tecnología precolombina, que se interrumpió de un modo tan catastrófico hace más de quinientos años, pueda aportar soluciones concretas a problemas generados por la modernidad. Si queremos, entonces, adoptar una tecnología precolombina es importante prestar atención a la sabiduría de este pueblo.  Los Kichwa-Lamas y los pueblos indígenas de otros lugares consideran la Tierra, el Cosmos, el monte como un algo vivo y  consciente y, al igual que los humanos, posee volición. Para los Kichwa-Lamas, uno se dirige en términos de parentesco a los espíritus de la chacra: Mama Allpa (el suelo), Pachamama (la Tierra), Mama Killa (la Luna), Yakumama (las lluvias/el agua), Sachamama (el monte) y Tayta Inti (el Sol), entre otros. Los humanos que los invocan como parientes expresan al mismo tiempo que ellos son parte de la Tierra y del Cosmos, y que estos parientes espíritus no-humanos les nutren y mantienen vivos. Dicha conciencia genera el deseo de corresponder, reciprocar y esforzarse por cuidar el mundo del cual todos los humanos dependen. Asimismo esta concepción de los pueblos indígenas nos enseña, en tiempos de una grave crisis ecológica global, a desarrollar una mirada radicalmente diferente hacia la naturaleza que, desgraciadamente, devino a convertirse frente a los ojos de la modernidad como una máquina insensible, sin voluntad, que debe ser dominada y cuyos llamados “recursos naturales” deben ser aprovechados por y para, solamente los humanos.

En el centro Sachamama, el proyecto Yana Allpa (nombre de la  tierra negra en el quechua local) desarrolló con éxito la recreación de la terra preta.  Los estudios que los científicos hicieron de la composición de la tierra negra permitieron que en nuestro centro tuviéramos éxito en recrearla. Además, una revisión rápida de la literatura enseña que el grueso de los componentes orgánicos  de la tierra negra varía según el lugar,  es decir, los antiguos pueblos precolombinos usaban cualquier material orgánica fértil que estuviera a la mano. Esto nos permitió  considerar el empleo de los ingredientes de la zona que son abundantes y que estuviesen libremente disponibles de tal manera que  funcione una agricultura permanente y además fuese adoptada localmente por los pequeños agricultores. Entonces, junto con el personal técnico del centro, se decidió usar los ingredientes locales.

Con el proyecto Yana Allpa se pretende compartir la experiencia del centro en la elaboración de la tierra negra y contribuir a dar el paso de la agricultura agroquímica hacia una agricultura regenerativa que, en suma, promete beneficiarnos a todos. El centro, además, viene difundiendo o capacitando a instituciones o personas interesadas sobre el proceso de recreación de Yana Allpa, así como también transfiriendo esta tecnología de los pueblos precolombinos a los interesados.

 

Randy Chung Gonzales ofrece talleres sobre plantas medicinales amazónicas y otros tipos de talleres sobre salud mental, física y ecología.

Frédérique Apffel-Marglin,  Catedrática Emerita,  del Dpto de Anthropologia de la Universidad Smith. Ella fundo Centro Sachamama en los EE.UU. con el campo de trabajo en la selva alta peruana en 2009 . Ella co-enseña cursos de estudio al extranjero con otros profesores universitarios en la Asociación Centro Sachamama.

 

MEDIA

Libros

Subversive Spiritualities

por F. Apffel-Marglin

Publicado by Oxford University
Impreso en Nueva York en 2011

Selva
Vida

Editado con Stefano Varese, Frederique Apffel-Marglin y Roger Rumrrill

Stefano Varese y Roger Rumrrill (miembros de la junta directiva de ASC)
Publicado por IWGIA, UNAM y Casa de las Americas en 2013

 

Sacred
Soil

por Robert Tindall, Frederique Apffel-Marglin y David Shearer.

Publicado por North Atlantic Books en 2017.

 

Yana

Allpa

Traducción al Español de "Sacred Soil".

Publicado en Lima, Peru por Apus Graphs en 2019

Contemporary
Voices
from Anima Mundi

CLICK PARA DESCARGAR

por Frederique Apffel-Marglin and Stefano Varese

Publicado en Nueva York por Peter Lang Academic Press en 2020

 

Iniciación

Chamánica

por Frederique Apffel-Marglin y Randy Chung

Publicado por Editorial Kairos 2022

 

Initiated by the Spirits

por Frederique Apffel-Marglin and Randy Chung

Publicado por Green Fire Press 2023

 

Videos

CONTACTO

 

La Asociación Centro Sachamama está situada en la ciudad peruana de Lamas, en el Alto Amazonas, en el departamento de San Martín, a media hora en auto del aeropuerto de la ciudad de Tarapoto. Tarapoto, al noreste de Lima, cuenta con tres líneas aéreas: Lan, Star Perú y Aviva Airlines. Hay varios vuelos diarios desde y hacia Lima. El vuelo dura aproximadamente una hora y es directo. Si se contacta con nosotros de antemano, podemos organizar su visita.

Nuestra dirección de correo postal en Perú es: Asociación Centro Sachamama, Jr. 16 de Octubre 114, Barrio Suchiche Lamas; Dpto. de San Martín; Perú.

 






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    Tel. en Lamas, Peru: (51 42) 54 30 04

    Tel. en the US:  (617) 800 3840.

    E-mail:  [email protected]

    Presidente en Peru: Randy Chung Gonzales:

    Tel: 957 810 470

    E-mail: [email protected]

    Presidente en EE. UU. : Frédérique Apffel-Marglin

    E-mail:  [email protected]

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